Ecuado-Quito, 15 Jun. ABN.- El presidente electo de Paraguay, Fernando Lugo, llega este domingo en la noche a Quito para iniciar una visita de 48 horas a Ecuador, donde prevé dialogar con el mandatario de este país, Rafael Correa.

Así se conoció a través de un cable de la agencia de noticias Prensa Latina, donde se indica que Lugo se trasladará este lunes a las localidades de Guaranda y Echandia, en la central provincia andina de Bolívar, donde el religioso ejerció algunos años el sacerdocio.

De acuerdo con la agenda oficial, el electo Jefe de Estado paraguayo será recibido en el estadio deportivo del Colegio Pedro Carbo, de Guaranda, donde estará presente el mandatario ecuatoriano.

Lugo visitará de igual forma el Convento de las Madres Carmelitas, donde se le confecciona su banda presidencial y participará además en un acto solemne en su honor en la sede de la Alcaldía de Guaranda, en el cual el burgomaestre Alberto Coles, le entregará las llaves de la ciudad.

Posteriormente, será declarado doctor Honoris Causa por parte del Consejo Universitario de la Universidad Estatal de Bolívar y después se moverá hasta el cantón Echandía, donde asistirá a un programa especial preparado por el ayuntamiento, la iglesia y amigos.

En compañía de Correa, el ilustre visitante regresará en horas de la tarde a esta capital, y el día, martes, ofrecerá una conferencia magistral en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).

El visitante y el gobernante ecuatoriano conversarán poco después en el Palacio de Carondelet, sede de la Presidencia.

Antes de abandonar este país en la tarde del martes rumbo a Caracas, Venezuela, Lugo sostendrá un encuentro con paraguayos residentes en este territorio y será declarado Huésped Ilustre de Quito en una ceremonia que se efectuará en el museo de la ciudad.

(publicado en el sitio de la Agencia Bolivariana de Noticias ABN)

1 comentarios

  1. Anónimo // 17 de junio de 2008, 15:02  

    CAMBIO POLÍTICO EN AMERICA LATINA
    Conferencia del Presidente Electo Fernando Lugo en la FLACSO-ECUADOR
    ¿Que pasó en Paraguay?

    Al líder sindical en Brasil, al indígena en Bolivia, a las mujeres en Chile y en Argentina, al médico de Uruguay, al militar en Venezuela y al economista en Ecuador, se suma ahora la llegada de un ex cura de Guaranda y Echeandía.

    El fallido Estado del Paraguay, hoy tiene cura, y se suma a la nueva América Latina social y progresista.

    Nos uniremos con alegría a los gobiernos progresistas de América Latina. Tenemos mucho que aprender de nuestros hermanos, de los países vecinos. Por eso hoy estamos aquí, para aprender con ustedes. Es mucho lo que tenemos que aprender de Ecuador. Es un país que creativamente va haciendo camino y camino nuevo.

    Cuando llegué a mi diócesis de San Pedro, uno de los más pobres en mi país, le dije a la gente; “Enséñenme a ser Obispo y me enseñaron”. Con la misma convicción, hoy les digo enséñenme a ser Presidente.

    En Paraguay el sol comienza. Abrázame América, Quiero ver el día y saber de tus sueños...

    Hoy podemos decir que los pequeños también están capacitados para vencer.
    El domingo 20 de abril, los paraguayos vivimos un momento que más que histórico, es heroico.

    Al principio nadie soñaba que esto podía haber ocurrido. Y fue aquí en Ecuador, donde por primera vez me llamaron “Presidente”. Fue una osadía, que en apenas ocho meses hayamos logramos el cambio, después de haber firmado aquel compromiso político que dio origen a la Alianza Patriótica para el Cambio, desafiando a los poderes políticos y económicos del país, en un tiempo detenido y con visos de eternidad.

    En un par de horas, se cambió la historia trágica de seis décadas.

    La palabra mágica que escuchaba en cada región era “cambio”, “cambio”, “cambio,”
    el país no podía aguantar más.

    Más allá de las opiniones particulares, hay una opinión que ya no pudo ser callada, la legítima opinión del pueblo paraguayo, que realmente dijo basta!, y se hizo escuchar en las urnas.

    «Cambio» en Paraguay es sinónimo de la ruptura de los más de 60 años que lleva el Partido Colorado en el poder.

    Celebramos la victoria de la humildad frente a la soberbia.
    Celebramos la victoria de la honestidad frente a la mentira, el engaño y la manipulación.
    Celebramos el nacimiento de la VERDADERA DEMOCRACIA, de la mano de la tan esperada alternancia política.
    La esperanza derrotó al pesimismo.
    La alegría ganó a la tristeza.
    El coraje terminó con el miedo.
    El pueblo triunfó.
    El pueblo es el héroe.

    Por eso decimos que la ciudadanía va a ser la protagonista, el sujeto de este cambio real que estamos generando, con los grupos sociales, trabajadores y campesinos, y con la clase política del país.

    Es tarea de los investigadores, que desde las diferentes teorías y prácticas sociales nos acerquen una comprensión científica del cambio político. Desde las teorías de la dependencia a la modernidad, del estructuralismo al institucionalismo, del culturalismo al sistema de propiedad.

    El ocaso del modelo neoliberal en gran parte de los países de América Latina y, por consiguiente, la implantación de regímenes sociales durante la última década ha propiciado un intenso debate sobre las modalidades del cambio de régimen, haciéndose esto último extensivo a países que hace ya algunas décadas que experimentaron la transición política a la democracia y que en la actualidad viven procesos de crisis.

    Al esfuerzo colectivo por intentar comprender los procesos de cambio político que afronta Latinoamérica en la actualidad, se suma a los esfuerzos teóricos de los cientistas sociales una nueva tarea, comprender: ¿Qué pasó en Paraguay?

    Se levantan muchas hipótesis y formulación de preguntas. ¿Por qué un Obispo se candidata?, ¿Como se dio el cambio de signo sin violencia? Unos plantean la caída del Partido Colorado, para otros de una rosca mafiosa, otros explican la emergencia de una nueva forma de hacer política con la unidad de actores sociales y políticos. ¿Por qué una transición tan larga e inconclusa?, y muchas otras preguntas…

    Les invito a Uds., a reflexionar acerca del cambio en Paraguay que nos remita a indagar en las distintas conceptualizaciones acerca del hombre, la cultura, la sociedad, el cambio social, las formas de dominación política de nuestro pueblo y su lucha por lograr una vida digna.

    Paraguay tiene una superficie de 406 mil kilómetros cuadrados, donde pastan el mejor ganado vacuno con 10 millones de cabezas. Y se cultivan 4.5 millones de toneladas de soja, en 2 millones 200 mil hectáreas, para la producción de biocombustibles.

    El 77% de la tierra concentran el 1% de los propietarios, en cambio el 40% de los agricultores, con menos de 5 hectáreas, tienen apenas el 1% de la tierra. Existen 350 mil familias sin tierra mientras 351 propietarios concentran 9,7 millones de hectáreas.

    Paraguay es un país donde los 365 días del año se producen el milagro de la tecnología y del neoliberalismo, de convertir el agua en energía para enriquecer multinacionales y empobrecer al pueblo.

    Un país rico en recursos naturales pero con aparato clientelista y corrupto que lleva décadas dejando los recursos de todos en manos de unos pocos

    En este país rico en recursos, somos un pueblo de 6 millones de habitantes, que por decisión de un grupo de polítiqueros antipatriotas, el 48% se debate en la pobreza y un 19,36% en la indigencia.

    Si uno tuviera que responder a la pregunta ¿cuáles son las instituciones en Paraguay?, la respuesta sería fácil, hay una sola: el Partido Colorado, de quien dependen las funciones institucionales de Paraguay. Pero si pudimos lo más también podremos lo menos.

    La reconstrucción posterior al caos institucional llevará su tiempo, y requiere un compromiso y una alta solidaridad de la Comunidad Internacional. Serán fundamentales el MERCOSUR, la OEA, el GRUPO DE RIO, la ONU, y la reciente creada UNASUR en el uso de los mecanismos multilaterales y el cumplimiento del Derecho Internacional.

    Paraguay estuvo en el ojo, en la mente, en el corazón de mucha gente en el extranjero, eso nos compromete a nosotros. Queremos que nunca más seamos simplemente recordados por la corrupción, sino también por su honestidad y por su eficiencia. No queremos ser simples crónicas policiales o noticias donde todo lo que es ilícito, pasa por Paraguay.

    Vamos a salir de la isla rodeada de tierra, del país de la mafia, la piratería, el narcotráfico y de politiqueros corruptos, de pobreza extrema, dejar de ser famosos por que no pasa nada y pasar a ser un pueblo estudiado por los investigadores en toda la extensión de su riqueza cultural, de su historia, de las luchas silenciosas de su pueblo, de una nación que quiere integrarse con sus hermanos de América Latina.

    ¿QUE PASÓ EL 20 DE ABRIL EN PARAGUAY?

    Una sencilla explicación la encuentro en la formulación matemática de los resultados electorales:

    En las elecciones generales del año 2003 ganó el Partido Colorado con 574.232 votos, mientras 924.622 votos fueron a otras candidaturas de la oposición dividida.

    En las elecciones generales del 20 de abril pasado el Partido Colorado obtuvo casi idéntica cifra: 573.995 votos, otras candidaturas alternativas lograron 460.583 votos y la Alianza Patriótica para el Cambio obtuvo la victoria con 766.502 votos

    El 20 de abril, el partido colorado logró su mismo caudal de votos, el voto antisistema en su gran mayoría fueron a otras candidaturas, por eso podemos afirmar con seguridad que triunfó un proyecto político alternativo, diferente, con identidad e ideología propia, con propuestas claras, triunfó la unidad en la diversidad, unidos algunos partidos políticos con movimientos sociales, se construyó una nueva mayoría en la Alianza Patriótica para el Cambio, la gente vio en ella una real alternativa de cambio, vieron un liderazgo colectivo.

    Triunfó el cambio gracias a la participación ciudadana, con una alta conciencia cívica que por primera vez tenía ante sí para elegir de entre 38 grupos políticos, con cerca de 20.000 candidatos a ocupar 681 cargos.
    Una conciencia cívica y un sistema electoral, fruto de una Constitución Nacional promulgada en 1992, dio sus frutos a los 16 años de su vigencia.

    ¡Cómo no festejar lo que en realidad es un triunfo del pueblo paraguayo!

    ¿CÔMO SUCEDIÓ ESTO?

    La principal herencia de la dictadura stronista ha sido el analfabetismo cultural. Diseñar políticas culturales, han sido vistos como actos revolucionarios y, por tanto, prohibidos porque toda revolución cultural atenta contra la corrupción, el crimen, la ilegalidad, llaman al cambio, invitan a pensar diferente.

    Nuestras clases dominantes dejaron al pueblo sin historia, sin respeto a la propia cultura, sin doctrina que no sea la suya, sin sus héroes y mártires. Cada lucha un nuevo comienzo, separada de las anteriores: la experiencia colectiva perdida y las lecciones olvidadas. La historia, es una propiedad de los dueños, de todas las otras cosas.

    La experiencia política ocurrida en el Paraguay el 20 de abril pasado plantea una nueva edición de la forma en que se desarrollan los fenómenos políticos en America Latina a partir del siglo XXI, y de por si constituye la mejor expresión del dinamismo permanente que implica la voluntad de un colectivo para determinar quienes serán los representantes del poder publico en representación de la voluntad popular.

    En los años del Partido Colorado con tanto poder primó la falta de derechos y la represión. Porque gobernó primero como dictadura militar (1947-1953, el General Alfredo Stroessner 1953-1989) y después como “transición a la democracia” (1989 hasta 2008).

    Paraguay ha venido sufriendo desde 1954 el gobierno de un solo partido, el Colorado. Este partido político ha hegemonizado el poder político, militar y económico sometiendo al pueblo a la miseria con la exclusión de la mayoría de la población paraguaya, principalmente campesina. Este sector está postergado en todas sus necesidades básicas, la falta de tierra, salud, educación, asistencia técnica, comunicación, vivienda digna, trabajo.


    BREVE HISTORIAL

    Tomamos como punto de partida la Guerra del Chaco del 1.932 – 1.935, en la que se acrisola la identidad nacional de la nueva generación de paraguayos, en razón de que el genocidio de 1.865 -70, había sido una guerra de exterminio contra una nación demasiado arrogante y temeraria a los ojos de los intereses colonialistas de la época, quienes usaron a sectores políticos de Argentina, Uruguay y Brasil para someter a un pueblo considerado como “ una raza maldita que debía ser exterminada en los vientres de sus madres” al decir del formador de la conciencia argentina, Domingo Faustino Sarmiento.

    De 1935-40. America Latina, y particularmente la región del Río de la Plata, se ve muy influenciada por el encumbramiento del Nacional Socialismo en Alemania y su hegemonía en toda Europa. El pensamiento queda instalado en la conciencia de la clase política civil, así como en la de los oficiales de mayor liderazgo.

    1.940-50. Los liderazgos militares y el caudillismo de los políticos fue en este periodo la expresión cotidiana de los modelo políticos vigentes, todos con un denominador común un pseudo nacionalismo que en realidad buscaba encubrir la doctrina de la soberanía nacional que traducía un anticomunismo casi dogmático. De Leonidas Trujillo a Anastacio Somoza en la zona del Caribe, pasando por Pérez Jiménez, Juan Domingo Perón e Higinio Morínigo, personajes que hoy a la luz de la revisión histórica no se caracterizaron por mas luces que el uso indiscriminado del aparato del estado para imponer autocracias populistas las mas de las veces en concubinato con los sectores políticos civiles genuflexos y corruptos.

    De la doctrina de la Seguridad del Hemisferio se paso a la Doctrina de Seguridad Nacional que orientó a las dictaduras y criminalizó al pueblo, a lo popular, y las políticas económicas privilegiaron el consumo del lujo y la exportación, al mismo tiempo que represaban el salario del pueblo, lo enfermaban, lo empobrecían y lo marginaban. Y a las voces críticas les torturaban, exiliaban y desaparecían.

    En el Paraguay, el partido colorado consigue instalarse en el poder, luego de la revolución civil del 47, que se constituyo en una montonera más, de las muchas que asolaron America Latina como modelo de acceso al poder. La revisión histórica hoy permite observar que en la mayoría de las veces, los gobiernos ascendían y sucumbían por desavenencias y revanchismos entre sus propios actores y casi nunca por la presión de antagonismos ideológicos.

    En síntesis la discusión ideológica distaba mucho por ser el eje transversal de las luchas políticas, la detentación de poder se traducía casi siempre en la” razón de la fuerza”.

    Entre 1947 y 1954, se suceden gobiernos colorados, imponiéndose golpes cívicos militares, antes que los procesos democráticos. En 1954, un sector del partido colorado decide pacificar los ánimos y con el respaldo de connotados líderes propician la presidencia del Gral. Alfredo Stroessner, en el supuesto de que este promovería un proceso democrático institucionalizado y que entregaría el poder a quienes resulten favorecidos por la voluntad popular.

    El partido colorado quedo instalado en el poder, adoptando un régimen autocrático y discrecional consolidando una unidad político-militar que impero hasta 1.989.

    La Republica del Paraguay, quizá fue una de las sociedades conservadoras que menos estaba preparada para los cambios sucedidos en el mundo luego de la caída del Muro de Berlín. El acceso masivo de los medios modernos de comunicación, la mundialización de la economía, y el cambio de los signos políticos, parecía no hacer mella en la coyuntura política y social del Paraguay, de la última década del siglo veinte y los primeros años del siglo veintiuno.

    El régimen logró salir de la dictadura militar con un nuevo cuartelazo en 1989, sin una revolución democrática. Se trató de una apertura preventiva negociada en la cúpula del Partido Colorado.

    Como expresara su temor en aquel memorable discurso, a pocos días luego de la caída de la dictadura del General Stroessner, en 1989, el Profesor Adriano Irala Burgos advertía que se podía caer en el cuento del “gatopardismo”: “Cambiar todo para que nada cambie”.

    Después de finalizada la dictadura de Stroessner (1954-1989) todas las estructuras de control de las instituciones políticas, jurídicas, militares, legislativas, quedaron en manos de sus continuadores. El modelo de acumulación que por largos años sustentó a la dictadura, basado en el esquema agroexportador, en las grandes contrataciones del Estado, y fundamentalmente en el dinero que ingresó en las grandes represas de Itaipú y Yacyretá.

    Sin embargo la crisis profunda fue siendo sorteada por la violencia política ejercida contra el pueblo, y como ajustes de cuentas entre las principales facciones del poder entrelazados con los grupos que han hecho de la política el camino de los negocios.
    Se sucedieron del mismo partido Gobiernos inmorales que erigieron en un valor la corrupción, aplicaron recetas económicas para engordar sus bolsillos y con su decisión política de distribuir pobreza al pueblo, llevaron al fracaso de esa clase política, no de la democracia.

    Se crearon mafias que se apropiaron a modo de feudos, en cada uno de los ámbitos de la economía y de todas las maneras imaginables. En la administración del estado en cualquiera de sus formas, en el comercio, en la triangulación del comercio de frontera, en el uso de la tierra, contratación de bienes y servicios, y como colofón hasta en la reventa de entradas de espectáculos deportivos. Sin mencionar las mafias que perpetran delitos como narcotráfico, abigeato, asaltos de bancos, tráfico de diferentes especies.

    Lo grave, de todo esto, es que los delincuentes que operan en nuestro país en cualquiera de estas formas, muchas veces están asociadas o son directamente autoridades nacionales.

    Con el fin de la dictadura, el predominio de los discursos se centró en la democracia, pero el pueblo continuó ausente.

    No obstante el partido colorado instaura una disciplina partidaria interna en la que se suceden periódicamente elecciones y se simulan prácticas permanentes en que “las grandes mayorías populares” acuden a un ejercicio democrático para elegir a sus líderes departamentales, municipales, regionales, barriales, etc.

    Que además de mantener ocupado a todos los sectores políticos, provoca tal vez un efecto colateral impensado cual es la “Gimnasia de aprender a votar” que imperiosamente es un proceso sociológico previo insalvable a la “capacidad de trasuntar una voluntad política del colectivo” de aprender a elegir, sintetizado en el pensamiento: no se puede pretender saber elegir, sin antes aprender a votar.

    El pueblo paraguayo había practicado por más de 20 años a votar en forma ininterrumpida al interior de un partido mayoritario por clientelismo. Había practicado a votar por constituyentes, por candidatos a presidentes, senadores, diputados, gobernadores, intendentes. Esta práctica sucesiva se convirtió paradójicamente en el gran capital cívico de un pueblo al que las circunstancias políticas habían negado por décadas toda opción de cambio o alternancia.

    Los lideres políticos de diversas corrientes ideológicas, que se presentaron en el escenario político a partir de 1.989, sucumbieron por el estigma de sus complicidades históricas en muchas de las veces y en otras oportunidades no estuvieron a la altura de las circunstancias, estaban demasiado acostumbrados y encadenados a sus condiciones de opositores que nunca pudieran superar tales limitaciones y erguirse como potenciales vectores de gobiernos.

    El partido colorado entro en crisis en más de una oportunidad, mismo en 1990, luego en 1995, y la gran prueba del marzo paraguayo en el 98 con el crimen político, comprometió seriamente la capacidad real del sector no oficialista en cuanto a su vocación de ejercer el poder publico. Fracasando el cogobierno de unidad nacional formado entre las cúpulas de los partidos políticos.

    Esta situación hizo que la transición hacia la democracia se detenga y termine sin final, agotando su modelo de convivencia entre las cúpulas partidarias.

    UN FACTOR FUNDAMENTAL EN LA PACIFICA RUPTURA DEL PODER HEGEMONICO: LA CONSTITUCION NACIONAL

    En la sociedad contemporánea, la ley es el vehículo del cambio político deliberado. Pero, en Paraguay la ley no representa a la sociedad sino a sus gobernantes. No tenemos estado de derecho sino estado de legalidad, permanentemente transgredida por la misma autoridad que exige su cumplimiento.

    Sin lugar a dudas un hito trascendental, fue preparando la caída del régimen colorado –dictadura sin dictador-, cuando en 1992 es promulgada una nueva Constitución Nacional, en que coincidieron una pequeña elite intelectual, sumada a la formación de una bancada campesina y el desencuentros de intereses políticos ambiciosos se diseño un marco legal para poner un limite al poder que en su momento nadie podía vislumbrar, en ella se consagro las libertades públicas, la libertad de prensa, los derechos humanos, sociales, económicos y culturales.

    El derecho al trabajo, a la tierra y al desarrollo del conocimiento. En ella se puso límites al poder, se consagro el voto directo, la creación de un Tribunal Electoral bajo control de los partidos políticos, elecciones municipales, y las más importantes, el juicio político al presidente en manos del Congreso y la no reelección.

    Las instituciones democráticas creadas por la transición misma funcionaron relativamente bien al inicio de la transición, pero a medida que nuevos ámbitos del quehacer público se iban incorporando al clientelismo prebendario, el modelo fue deslegitimándose a sí mismo, vaciando de contenido las instituciones y socavando la misma base del poder en que se asentaba su dominio. Se votaba pero no se elegía.

    Siguieron violando la constitución, incumpliendo muchos deberes y derechos pero cuando pretendieron su reforma para la reelección el pueblo salio a la plaza y 40 mil almas dijeron Dictadura nunca más, y se inició la Resistencia Ciudadana.

    El poder político no está ahí para ser ocupado de una vez y para siempre. El poder también existe para “ser perdido”, pues quien ingresa en la política pensando que va a ganar la entrada a la eternidad, se equivocó de lugar. Por definición, en un régimen político todo gobierno es -y debe- ser transitorio

    Los esfuerzos se deben orientar con realismo y profundo sentido ético, la Constitución Nacional adoptó como gobierno un sistema democrático en un estado social de derecho, quedando el poder arrastrado a un camino irreversible del cual ninguna fuerza política ni social podía sustraerse.


    LOS ACTORES POLITICOS

    Campesino, trabajadores y jóvenes

    Fueron factores fundamentales la lucha campesina y la ruptura masiva de la clase media.
    El campesinado viene de innumerables luchas, cuyo pico fue en marzo de 2003 con una movilización de miles hacia Asunción que costó un muerto y varios heridos. También hay tomas de tierras y han surgido muchos dirigentes jóvenes, también con sus mártires.

    Hacia finales del 2005 se iba formando un movimiento con raíces campesinas decidido a insertarse en el esquema político del país mediante una representación propia en el Parlamento lo que les permitiría defender sus derechos. Surgen como novedad movimientos políticos de izquierda que posicionan en el debate nacional el componente ideológico, rompiendo los viejos esquemas partidistas con votantes clientelistas.

    La combatividad campesina cumplió un rol clave en este proceso. La clase media, cansada de los gobiernos corruptos, de la decadencia del país y la falta de libre juego democrático comenzó a cuestionar a sus líderes políticos, enfrentarlo para luego romper con el Partido Colorado y pasarse masivamente a la Alianza Patriótica.

    La prensa libre

    El ejercicio de la libertad de prensa sin restricciones fue fundamental en la construcción de la conciencia cívica, en mostrar el rostro oculto y perverso del poder. Valientes periodistas con mártires en su lucha por el ejercicio libre de la profesión de decir la verdad al pueblo a pesar de las presiones de los poderosos.

    Partido Colorado

    El Partido Colorado estaba perdiendo la hegemonía del poder ante complejos procesos de cambio ocurridos en la sociedad paraguaya desde fines del siglo XX: expansión de la empresa agropecuaria mecanizada (soja, ganadería intensiva) y crisis de la economía campesina, urbanización y escolarización creciente, difusión de nuevas tecnologías, migración masiva al exterior, crisis económica.

    Su reacción, ante cambios que no acertaba a comprender ni gobernar, fue la de retrotraerse hacia modelos de la década del 40: una combinación de autoritarismo y demagogia, avasallamiento de la división de poderes del Estado, indiferencia ante demandas de sectores sociales, prebendarismo y corrupción generalizados... En muchos sentidos, ya no se los quería, respetaba ni temía a los integrantes del Partido Colorado, eran un viejo lastre del cual el sistema político no terminaba de librarse.

    Partido Liberal Radical Autentico

    El Partido Liberal en la dictadura militar siempre fue la otra pata que mantuvo el régimen de partido único con un régimen de participacionismo preestablecido. En la transición con pactos de cúpulas, su dirigencia prefirió seguir el camino similar del clientelismo perdiendo identidad y poder, mirando el corto plazo ganaron así parlamentarios, intendentes, concejales y gobernadores. Pero al salir del pacto de gobernabilidad con el partido gobernante profundizaron su crisis.

    El 17 de junio de 2007 el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), primera fuerza de la oposición paraguaya, decidió no presentar candidato propio y respaldar la candidatura presidencial de Fernando Lugo a cambio de que uno de sus dirigentes le acompañe como aspirante a la Vicepresidencia. El Partido Liberal aportó la estructura partidaria más importante de la Alianza y segunda del país.
    La renuncia del PLRA a conducir la chapa presidencial ha sido una señal de lucidez política y no tan solo pragmatismo para llegar a la primera magistratura.

    Alianza Patriótica para el Cambio

    El 18 de septiembre de 2007, la mayoría de los partidos y movimientos políticos y las organizaciones sociales de la Concertación Nacional (CN) constituyeron formalmente la Alianza Patriótica para el Cambio (APC) con los movimientos y partidos del Bloque Social y Popular (BSP), para propugnar la candidatura de Fernando Lugo a Presidente de la República del Paraguay y la de un candidato del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) para Vicepresidente en las elecciones generales de 2008.

    La apuesta era sumamente dura, porque con el fracaso de la Concertación original que terminó desprendiéndose de dos grupos- uno de ellos- el UNACE, que consiguió más de 21% de los votos. Y Patria Querida, que hizo su elección más discreta desde su creación en el 2003 no llegando al 3%.

    La Elite del Poder

    Los dueños del poder en distintos ámbitos fueron incapaces de interpretar los grandes necesidades sociales, ese modelo se fue erosionando al seguir utilizándose una práctica política que ya no tenia nada que ver con la situación social y económica existente, produciendo un vacío institucional creciente, hasta llegar a lo que tenemos hoy, donde en rigor, la República no funciona, las élites sólo pensaron enriquecerse y no en el bien común.
    Las élites paraguayas no pudieron plantear, pensar y diseñar un proyecto de país para su pueblo, que acompañara el proceso de la creciente participación ciudadana.

    El liderazgo colectivo

    Y finalmente, el ex cura de Guaranda y Echeandía recibe un día el pedido de 100 mil firmas, y con los partidos políticos y movimientos sociales se convierte en un liderazgo colectivo que lo lleva a la primera magistratura.

    Una sola golondrina no hace primavera, "Les pedimos que nunca nos dejen solos, la democracia la haremos juntos"

    La ciudadanía

    Y en general aquella ciudadanía que fue construyendo día a día esa mayoría silenciosa, paciente y perseverante, firme en sus convicciones y segura de que otro porvenir se merecía la patria. Ese pueblo olvidado y marginado de los banquetes oficiales, ese sufrido pueblo trabajador y migrante en busca de oportunidades, a cuyas mentes ya no llegaba la propaganda oficial para torcer lo que en su fuero intimo tenia como nuevas creencias para construir un nuevo paraguay. Esperando el momento para celebrar la gran fiesta cívica del 20 de abril.

    HOY PARAGUAY ES UN ESPACIO PROPICIO Y PRIVILEGIADO PARA EL ESTUDIO Y LA REFLEXIÓN SOCIAL, POLÍTICA, ECONÓMICA, CULTURAL Y ÉTICA.

    No hay un modelo racional elaborado que se pueda imponer a la sociedad. La creencia en una metodología social cartesiana, es una falacia que pretenciosamente adoptan quienes quieren transformar sus sueños y pasiones en realidades sociales.
    Supone creer que es posible una nueva sociedad mediante un molde diseñado racionalmente; es decir, un constructo. No es posible diseñar racionalmente el cambio social. Este es un producto espontáneo de la evolución cultural. Y cada pueblo tiene su proceso y el Paraguay tendrá el suyo.

    No hay un modelo único de democracia para todos los pueblos, pero cada pueblo es un modelo para aprender sobre ella.


    Hoy nos reunimos, para reflexionar juntos en esta cotidiana acción de ejercer nuestras libertades, vinculados no por la imposición geográfica, sino por la historia común y la experiencia de impulsar los valores de la civilización que se resumen en la supremacía del hombre. Un proyecto de desarrollo, tiene que ser un proyecto de humanidad, de civilización, de virtudes humanas, de cooperación.

    Nuestros pueblos son el producto de una lucha común contra todo régimen colonial, mercantilista y opresor. Nuestros pueblos comparten el destino común de búsqueda de la dignidad, la autodeterminación de los pueblos, la soberanía popular y la participación del común.

    La Alianza Patriótica para el Cambio se hizo para favorecer a los más pobres del país, y en primer lugar están los indígenas, los sin tierra, sin techo, sin educación, sin salud. Ellos nos piden, nos exigen, nos gritan del norte al sur del país, el cambio real del Paraguay. Como dice una canción chilena: "esta vez no se trata de cambiar un presidente, se trata de hacer un país diferente".

    Se trata de proyectos políticos que incorporen a los sectores más excluidos como actores en lugar de tenerlos pasivamente como clientela, permitirán profundizar la democracia y darle un nuevo presente al país.

    La visión nuestra es cambiar la historia. Es poner un corte a más de 60 años de un partido hegemónico, que no representa los principios ni siquiera de su partido. Porque hay muchos colorados que están también en la Alianza Patriótica para el Cambio, porque sienten que esta política actual no los representa.

    En la Alianza Patriótica para el cambio hay seis ejes que ocupan el mismo nivel de importancia: el primero es la reforma agraria, el segundo es la reactivación económica, el tercero es la recuperación de la institucionalidad de la República, cuarto la justicia independiente, el plan de emergencia nacional y el tema de la recuperación de la soberanía, especialmente de la soberanía energética. Los seis ejes están al mismo nivel.

    Los seis ejes programáticos recogidos en todo el país tienen el mismo peso, la misma importancia.

    Queremos que las instituciones públicas recuperen su institucionalidad. Es difícil cambiar 60 años en las que las instituciones públicas eran de un solo color y de un solo partido. Volverán a ser de todos los paraguayos. Lo mismo la recuperación de la soberanía nacional. Soberanía territorial.

    Paraguay va a cambiar de imagen. En primer lugar no va a ser el país más corrupto de Latinoamérica. Va a ser un país honesto. Con una administración transparente, un gobierno de credibilidad y legitimidad, un gobierno pluralista, popular, con participación ciudadana. Esto le va a permitir recobrar el sitio que le corresponda a este país. Un sitio de preponderancia. Un sitio que lo ponga en igualdad de condiciones para conversar con todos los otros países, de igual a igual; y de ser protagonista en el proceso de integración latinoamericana. Ni hostil, ni servil, soberano y solidario.

    Recojo algunos versos del magistral poeta paraguayo Manuel Ortiz Guerrero, para expresar la tarea de la política hoy predominantemente social y progresista en Latinoamérica
    “Del lodo se levantan los lirios matutinos;
    succionan impurezas viñas de grata umbría
    cuyos maduros frutos dan los sagrados vinos.”

    Nuestra tarea es muy grande, porque es doble:



    La primera consiste en representar los intereses de vastos sectores excluidos políticamente, esto es, encauzar hacia la política real a grupos que de otro modo podrían ser víctimas de encendidos demagogos (de izquierda o de derecha) o de la destructiva acción de los partidos extremistas y violentos.
    La segunda consiste en preservar el espacio político. Esta última tarea es tanto o más difícil si se toma en cuenta que en algunas ocasiones no solo se debe preservar, sino también crear ese espacio, lo que implica construir alternativas para la politización ciudadana.

    No fue fácil tomar 6 papeletas de votación, elegir entre 38 partidos, movimientos y alianzas y concertaciones donde éramos 7 candidatos a presidente, y cerca de 20.000 candidatos a ocupar 681 cargos.

    Marcar una papeleta de votación nos llevo 20 años como fruto de la CONSTRUCCION DE LA CONCIENCIA CIVICA SOBRE LA BASE DE LOS DERECHOS CONSTITUCIONALES. LAS LUCHAS CAMPESINAS, CIUDADANAS, OBRERAS, LA PRENSA LIBRE, la ciudadanía en general MOSTRARON Y CREARON LAS CONDICIONES para el cambio político y se vivió una fiesta cívica el día de las elecciones. Por primera vez se producirá ''un traspaso de un partido a otro sin derramamiento de sangre, sin golpe de estado, sin revuelta ni enfrentamiento entre hermanos''. Donde el traspaso del poder esta realizándose conforme a la previsión de la Constitución.

    El Paraguay ha demostrado que la descalificación a su orden jurídico, a su estado de derecho, a la posibilidad de poner en vigencia sus instituciones políticas y jurídicas, a sus virtudes ciudadanas, a su vocación democrática, a su capacidad de trabajo, a su compromiso social, ha sido vil, injustificada y permanentemente debilitada en su autoestima, mediante la imposición de estigmas de diversas índoles que atentaron y afectaron interna y externamente a sus ciudadanos.

    Felizmente la experiencia del 20 de abril de 2008, ha ofrecido al mundo un país del que se puede aprender como vivir las transiciones políticas sin traumas ni desenfrenos de pasiones ordinarias, ha demostrado a pesar de augurios y vaticinios mediáticos, que es capaz de abrir un proceso de reedición de la historia, y de plantear un horizonte sociopolítico legitimado por la acción, conducta, voluntad y pasión de un pueblo de decidir con firmeza su propio destino.

    El cambio esta en el cambio de las creencias, donde uno se despoja del miedo y se aumenta la autoestima para opinar y escuchar, en especial nosotros los líderes, para entender que los procesos que vivimos son del pueblo.

    Es posible que la clave para conseguir el crecimiento y el desarrollo económico y social, estable y sostenible, no esté en la manipulación de variables macroeconómicas ni en aplicar recetas económicas, sino en la paciente reelaboración de las instituciones que rigen el comportamiento y las relaciones entre individuos en su actividad cotidiana, en la sociedad y en el seno del aparato del estado, con una democracia participativa que respete las riquezas de la diversidad cultural y autonomía de los pueblos.

    La prosperidad es fruto de los millones de intercambios privados en un ambiente garantizado por el estado con más libertad, más justicia y más solidaridad. No olvidemos que nuestro continente es el continente de los pobres, por eso basta de hacer rentable a la pobreza y negocios a costa de los pobres. Es hora de apostar a los cambios estructurales, sociales y culturales. La madre es la cultura y sus hijos las instituciones.

    Sólo instituciones políticas justas pueden generar una sociedad justa, donde éstas, no sólo cumplen con su papel de reglas del juego político, sino que determinan qué tipo de valores se establecen en la comunidad política: la ciudadanía, la soberanía, la dignidad humana, la libertad irrestricta del pensamiento y la palabra, la solidaridad, la identidad colectiva, la cooperación por encima de la competencia, en resumen: la justicia.

    La gran esperanza en América Latina—y lo que puede ofrecerle al mundo—es la vasta colección de vibrantes movimientos sociales que se atreven a cuestionarlo todo, desde sus propios gobiernos a la manera en que las corporaciones contaminan sus tierras. Algunas veces se expresan en las urnas, algunas otras veces no. Algunas veces dicen encarnar “la izquierda” y algunas veces se denominan el pueblo, o nada. Las etiquetas no importan. Lo que importa es la búsqueda de nuevos modos de gobierno que reduzcan la inequidad, aumenten la democracia real y pongan fin al hambre y la pobreza.

    Hagamos de América latina una eterna primavera para que nuestros pueblos tengan abundante sol, para cultivar su mente, puedan trabajar en libertad, tengan su propio nido, su abrigo, su pan y su remedio para que cada uno desarrolle su propia identidad en su comunidad.

    Tengo Fe en que con la ayuda de Dios…y con el valioso aporte de todos, vamos a vivir mejor en nuestra querida America.

    Muchas Gracias.¡¡¡¡