(Augusto dos Santos, editor_ Un homenaje a los laicos del 20 de abril)

Una joya de Jorge Amado se llama así, "La Desaparición de la Santa" ( O sumico da Santa); poesía a la rebeldía del sincretismo religioso en Salvador Bahia que relata la fantástica historia de la imagen de Santa Barbara – La del Trueno- que viniendo de un pueblo cercano, en procesión marítima, para tomar parte de una lujosa muestra de arte sacro poblada de mecenas y jerarcas del Brasil dominado por la Dictadura militar; decide recogerse el vestido de madera y saltar del buque, huir por el muelle e internarse en los inaccesibles caseríos populares; la ironía de este maestro de la literatura latinoamericana sirve para recordarnos la vieja tensión entre las previsiones y la realidad.

Hoy todo el mundo tuvo algo que ver con la victoria de Fernando Lugo; suelo escuchar extasiado la ingenieria de unas relaciones espectaculares entre antecedentes y resultado, desde aquel que tiene relación con un gato negro que se cruzó frente a lo de Blanca Ovelar o de otros aportes – dichos con gestos doctos y total seriedad, eh?- de quienes formulan que la victoria de Lugo se debe a Fadul porque él despertó con Paraguay Jaipotava ( hace ya una ponchada de años) "las condiciones de madurez cívica" para que esto sea posible.

En fin; ya sabemos que el oportunismo tiene la agilidad del guepardo y los detractores se destractorizan , los insultantes se desinsultatizan y los que maldecían al ex obispo ya se preparan para bendecir sus estampitas.

Pero lo cierto es que en el mundo político las mejores procesiones, las más exquisitamente preparadas, las más seguras, suelen terminar con la desaparición de la Santa.

Hace muchos años – y no solo el partido colorado, sino toda la "clase política" – apuesta a un único supuesto : un pueblo ignorante y pobre que se traga cualquier cosa para sobrevivir. Pero, decíamos en otro comentario, que a veces el pueblo de "hace el muertito" pero no está difunto y parafraseando a Juan Gelman diría que la gente cuando se hace la muertita "suele cambiar mucho".

Es muy difícil que se reconozca en el seno jerárquico de la Iglesia mundial y – mismo – paraguayo , que un gran motivo por el cual la caída de 60 años de partido Colorado en el poder , podía hacerse con Fernando Lugo y no otro, es la pertenencia de Presidente de las Sandalias al sector progresista de la Iglesia, a la iglesia militante y popular; a la teología de la liberación.

Instalado Vaticano II en los 60 se producen una serie de interacciones en el mundo social y político de Latinoamérica al cual concurren: la revolución cubana, el pensamiento liberador de Paulo Freire, Medellín, la doctrina de la seguridad nacional, los gobierno militares y en Paraguay las experiencias de Iglesia comprometida con el pueblo desde las iniciativas de las Ligas Agrarias Cristianas que promovían el "vivir como hermanos", por citar solo algunos condimentos.

Fernando Lugo adquiere esta formación, se inserta en el mundo católico progresista en un momento crucial en que se iniciaba una gran represión de la dictadura contra esta experiencia y la propia Iglesia generaba un fuerte debate interno.

No es una casualidad para la historia que se escribiría después que un emblemático "tercermundista" expulsado de Paraguay, José Luis Caravias SJ – uno de los firmes teóricos y activistas de las LAC- y el joven cura Fernando Lugo terminarían morando juntos en Ecuador.

Es muy difícil que un religioso o Laico que viviera Vaticano II y Medellín con intensidad, se involucrara en la teología de la liberación y conociera el mundo pobre en vivo y en directo ( y no por los noticieros de la televisión) entienda con mucha claridad que se decidido trazar una línea de puntos erizada con la advertencia del mal humor jerárquico entre lo eclesial y lo político.

No entraremos a las honduras de las argumentaciones que la Iglesia comunitaria promoviera para que ella no fuera – como diría Juan Pablo II – confinada a los altares, sino estuviera presente – principalmente – con la suerte de pobres y desfavorecidos.

Sumado a lo intuitivo y racional, se agregan líneas explicitas muy elocuentes – cada vez menos mencionadas por cierto – como recordada ( o cada vez menos) opción preferencial por los pobres.

He conversado con mis amigos Santiago Brizuela de Pilar, con José Pacová de San Pedro, con Mario M. de Misiones, Narciso de Hohenau, Paulino de Pedro Juan, Luis de Ciudad del Este - todos ellos gente de ir a Misa siempre, pero principalmente gente de llevar a Jesucristo a pasear con ellos por los caminos del servicio comunitario en sus pueblos - durante la durísima campaña y mi sondeo era siempre el mismo: ¿Cómo crees que incide en los laicos la campaña del ala conservadora de ir contra Lugo, de no votarlo?.

En todos los casos me respondían con frases que solo pueden caber en la boca de un cristiano progresista seguido de una festiva carcajada ( idem). En concreto nadie creía en el chake antilugo.

Seguí calculando que podría ser que les traicionara el aprecio por el ex obispo o en algunos casos su propia militancia en movimientos vinculados a la Alianza.

Dos meses antes de las elecciones – por datos que aun no puedo revelar – supe de manera mucho mas científica que los laicos ( por expresarlo genéricamente , no todos, naturalmente ) votarían a Fernando Lugo. Por eso, cuando – ironía incluída – un titulo de SOMOSPARAGUAY anunciaba que "28 laicos no votarán a Lugo" no expresaba otra cosa sino una certeza que iba mas allá de la percepción.

Ya no vamos a citar aquí – para no remover procesos de cicatrización que seguramente están en marcha – los guiños cómplices de muchos de los personajes mas queridos del mundo católico ( tampoco ya decimos si obispos o no) que apuntaban su preferencia por Lugo y que evidentemente sirvieron para confirmar el rumbo de la opción Laica.

Lo cierto es que el 20 de Abril – con menos sincretismo y mas pasión – muchísimos laicos del Paraguay optaron por el cambio y no es bueno que los discursos de la victoria hoy tan exaltados y autoreferentes se olviden de este sector que no reclamó – ni va a reclamar – su autoría del hecho, pero tuvo mucho que ver con la defunción electoral de la ANR.

"La desaparición de la Santa" también se produjo en Paraguay con la belleza y sencillez de las cosas mas bendecidas por Dios, con su propia voz, con la voz del pueblo; cuyo cuerpo fue acuchillado por años de opresión, mentira y corrupción y alguien – un día – vino a retirar ese filo traidor.

Es por esto que la Santa no estaba allí - donde decían - sino – como Cristo – contando historias y riéndose a carcajadas con los de su pueblo.

Augusto dos Santos (www.somosparaguay.com.py)

1 comentarios

  1. Anónimo // 22 de mayo de 2008, 16:25  

    MUERTE AL MONOPOLIO YA!!!!!!!!!!

    HACE QUE COPACO Y CONATEL DESAPAREZCAN!!!!!!!

    VOLVIERON A BLOQUEAR VOIP, YA NO QUEREMOS SABER NADA DE COPACO/CONATEL Y DEL MONOPOLIO!!!!!!!!!!!