Declaración de la APC con relación al Marzo Paraguayo

El fatídico "marzo paraguayo" fue la demostración más palpable de un estilo de política y un tipo de políticos que están dispuestos a todo para mantenerse en el poder, hasta consumar los asesinatos más cobardes que registran nuestra historia, con el pisoteo con saña de toda normativa de convivencia democrática. El pacto "Oviedo-nicanorista", hasta hoy, sepulta la posibilidad de hacer justicia y nos priva de una sentencia que permita, mínimamente, enmendar sus consecuencias.

Efectivamente, a nueve años del triste y deleznable hecho histórico, marcado por sangre y fuego, éste aun pone en evidencia la fragilidad de nuestras instituciones, pues los responsables de siete muertes siguen sin ser castigados.

Aquí, el Poder Judicial se ha inclinado ante acuerdos políticos que eximen de culpa y pena a personas que claramente han estado involucradas, como autoras morales y previamente habían prometido "ríos de sangre".

Aquí, en la plaza de la impunidad, los unos se han unido con los que han llevado "ríos de dinero" de las arcas del Estado, más aún bajo el disfraz de los gastos sociales de Itaipú u otros subterfugios utilizados por una cúpula corrupta que usurpa la historia de un partido centenario.

La hipocresía política en su máxima dimensión, el todo vale y la razón de la fuerza que supera a la fuerza de la razón son aspectos sustantivos que aun subyacen en nuestra cultura política. El pacto oviedo-nicanorista es un máximo exponente de esta degeneración de nuestros tiempos.

Hoy, tal como ayer, seguimos con una posición crítica y, por sobre todo, una posición activa, en pos de la construcción de la nueva patria, más allá de la generación de meras expectativas electoralistas.

La Alianza Democrática para el Cambio es la constatación más palpable de que es posible poner al país en primer lugar.

Salvar la dignidad de la patria, limpiar el horizonte para nuestros niños y nuestros jóvenes, devolver la independencia del Poder Judicial, propiciar el desarrollo con generación de empleo, recuperar la soberanía nacional, principalmente en lo que respecta a Itaipú y Yacyretá y una verdadera reforma agraria, son parte de la plataforma en la que sustanciamos la priorización de los intereses nacionales.

Éste es un proceso participativo, en el que te invitamos a ser parte.

El "marzo paraguayo" no es solo un recuerdo de fechas y acontecimientos. Es un llamado a algo diferente, distinto, mucho mejor de lo que hoy tenemos. Es un camino hacia la dignificación de las personas, en el que todos seamos ciudadanos de primera, con ganas y de invertir esfuerzos y capacidad en nuestra propia tierra, donde las familias no consigan proximidad no solo a través de remesas y llamadas telefónicas, sino a través del contacto personal y del orgullo de ser paraguayos.

En fin, es el reencuentro de todos y todas en un proyecto-nación.

Que el año 2011, cuando cumplamos doscientos años de independencia nacional, no nos encuentre postrados en la misma desgracia, sino que podamos mirarnos al espejo y decir que hemos vencido nuestras propias miserias y, sobre todo, que hemos podido vencer a los miserables, a aquellos que mercan con la política y con la esperanza de la gente.

Hoy, empezamos a construir esa nueva historia.

Marzo 26-2008

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